Consejos de cerrajería y de puertas
Una de las causas más importantes por las que una persona llama a un cerrajero es verse impotente enfrente de la puerta de su casa, que se ha cerrado inesperadamente. Normalmente, este tipo de incidencias suele pillarnos sin las llaves en la mano, lo que provoca que no podamos entrar en nuestro domicilio o negocio, así que, si no tenemos a mano a ningún familiar, amigo o vecino que tenga unas llaves de repuesto, el paso más lógico es llamar a un cerrajero para que nos habrá la puerta y así poder acceder al interior del inmueble.
En otras ocasiones los portazos no son consecuencia de una corriente de aire inesperada, sino un acto voluntario motivado por la fuerza que debemos hacer para cerrar una puerta con mucho peso. El golpe, que suele ser muy estruendoso, va provocando también daños tanto en la misma puerta como en la cerradura. Todo ello nos hace pensar en la conveniencia de tomar medidas para evitar portazos.
Uso de amortiguadores
Para evitar que la puerta pegue un golpe final cuando se cierra, lo que ocurre, por ejemplo, en muchos portales de muchas comunidades de vecinos, la fórmula más utilizada son los amortiguadores, que frenarán la puerta y harán que cierre suavemente, sin portazos.
Si, además, estamos hartos de tener que pegar un golpe final cada vez que tenemos que cerrar la puerta de nuestra vivienda como consecuencia de su peso, y de paso queremos asegurarnos de que ésta siempre queda bien cerrada, la mejor fórmula es la instalación de un cierrapuertas automático. Este sistema incluye modernos mecanismos que nos permiten regular la velocidad a la que se cierra la puerta y la fuerza del cierre. De esta manera podemos personalizarlo según nuestros gustos o necesidades. Según nos cuentan desde www.reparacionesbilbao.com.com/cerrajeros-bilbao/, esta forma de evitar portazos es la mejor.
En otras ocasiones es la excesiva dureza en el movimiento de resbalón de la cerradura la que provoca que tengamos que cerrar con un portazo, con el fin de que la puerta quede encajada en el marco. En estos casos, lo más recomendable es instalar una cerradura con resbalón silencioso, lo que permitirá que cerremos sin necesidad de utilizar la fuerza bruta, sino de una manera mucho más suave.
También puede darse el caso inverso: puertas que se abren con tanta agilidad que chocan contra algo, como una pared o un mueble. En estos casos, lo que se recomienda es instalar topes de puerta, si bien esta fórmula no puede ser aplicada en los casos en los que la puerta quede demasiado levantada del suelo, como ocurre en algunos comercios. Aunque instaláramos topes, estos no servirían de nada, ya que la puerta pasaría por encima de ellos y no podrían frenarla.
En estos casos se impone un limitador de apertura, que no es más que un sistema parecido a un cierrapuertas automático que permite limitar el ángulo de apertura y la velocidad de movimiento de la puerta. Esta fórmula, que se instala entre la puerta y el marco, también actúa ante ráfagas de viento inesperadas y es un sistema muy útil para las puertas de aquellos comercios que se abren hacia el exterior. Al tener el control de la apertura de la puerta de nuestro local comercial estaremos evitando posibles accidentes, pues el hecho de que una puerta se abra de una manera incontrolada puede provocar daños a aquellas personas situadas justo detrás de la dirección en que abre la puerta.
Sin embargo, la mejor forma de evitar el portazo provocado por corrientes de aire es el retenedor. Hoy en día existen novedosos modelos que incluso pueden servir como protección ante actos vandálicos.
Puertas de interior
Por otro lado, si el portazo no se da en la puerta de la vivienda o negocio, sino en una interior, existen varias fórmulas para evitarlo. Una de ellas es colocar un burlete de silicona, espuma u otro material blando en el marco, justo en el punto donde entra en contacto con la puerta. De esta manera, el ruido disminuirá considerablemente. Tan sólo hay que tomar la precaución de ajustar el grosor del burlete a la holgura de la puerta, ya que si no la puerta podría no cerrarse. Otra opción para evitar este problema es tan sencillo como cambiar la cerradura por una silenciosa.
El viento inesperado también hace que muchas puertas se cierren de manera inesperada. Si no queremos que esto ocurra limitaremos el movimiento de las puertas con un simple tope, que suelen pegarse o atornillarse al suelo, a la pared o al mueble. También hay numerosos modelos de retenedores de puerta, que sirven para retener la puerta en el ángulo que la deseemos abierta.
Otras opciones son variados modelos de cuña, que podremos encontrar en el mercado con un diseño moderno y actual. Este sistema tiene otro uso muy útil, y es evitar que las puertas se cierren y los niños de la casa se pillen los dedos. En estos casos, podemos comprar una especie de bisagras que impiden a la puerta llegar a la posición de cerrado.
Además, existen retenedores para instalar en la zona inferior de la puerta que hacen de freno. Pero la solución más adecuada, aunque también la que más desembolso económico supone, es la instalación de un cierrapuertas automático que lograra el cierre suave de la puerta, sin portazos.
Si quiere instalar algún sistema antiportazos en su puerta, o bien arreglar o cambiar una cerradura que se encuentre dañada como consecuencia de los portazos, en Reparaciones Bilbao estamos para ayudarle. Contamos con un completo equipo de profesionales perfectamente cualificados y con experiencia, que realizarán el servicio con la máxima calidad y profesionalidad
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